domingo, 5 de octubre de 2008

Monito a la Tití


Sin un poco de compasión me cercenaste la cabeza y comiste de mi cerebro con cucharita de plata, eructando con placer al acabar el manjar de mi intelecto.
Pobre de mi cuerpito, un inservible trasto que arrojarán a los perritos.
¿No te preocupa comerte mi miedo?, miles, millones de neuronas en sinapsis luchando por mantener altísimo el umbral del dolor.