sábado, 24 de julio de 2010
MAJAZTÁN, Últimos diaS
Me expulsaron de Majaztán.
Siendo un país islámico mis modos vanguardistas y, me atrevería a decir, algo rebeldes perturban a su majaztad.
Los teutones me acogieron. Leyeron mi perfil genético-educacional y, siendo tan calculadores ellos, aceptaron mi entrada a su ordenada comunidad.
Su majaztad siempre ha sido implacable con los desertores pero conmigo hizo una tregua tácita.
Verán, siempre me ha tenido simpatía porque con mi talento me convertí en el bufón mas famoso de todo Cutpeherán.
Su majaztad disfrutaba de mis divertidas e inverosímiles historias que tuvieron lugar en áreas tan remotas como labbaghandy o pacaztán. Entonces su majaztad me perdonó la vida. Mas aún. Permitió que me despida.
Así pude visitar el Dorado y llevarme al minero del cuento anterior y mostrarle lo delicioso que es despertarse con ese sol de oro en el cielo y los ríos de plata en el suelo.
En majaztán pasa lo que debe suceder. Su majaztad permite que lleve poco equipaje como asintiendo ante el hecho de ver mis hombros relajados, mi espalda recta y mis pies ligeros.
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