domingo, 28 de febrero de 2010

Cirrosis hepática

AMIGOS, hígados se quedará sin nuevas publicaciones hasta nuevo aviso.
Gracias a los lectores, A MIS COMENTARISTAS especialmente, a esos asiduos como Marco.
Este no es el fin de este humilde blog. Solo que ¡me estoy quedando sin historias!, necesito hacer mis procesos.

UN ABRAZO A TODOS Y NUEVAMENTE GRACIAS

lunes, 22 de febrero de 2010

ALGO

cuido un jardín.
Recién lo hago hace un par de meses, sin embargo ha dado resultado.
Ahora las plantas tienen flores.
Flores anaranjadas, llenas de hormigas, flores blancas y sin importancia.

Antes, obnubilada por las clases y el alcohol, dejé que el jardín muriera de a pocos, con espacios sin pasto y suelo compactado. Hasta las "cucardas", plantas fáciles de cuidar, se pasmaron. El "cuerno de alce", sin percatarnos, fue carcomiendo un viejo tronco y el enorme ficus de la esquina se vino abajo y casi aplasta el gran "espárrago", el príncipe del ala norte del área verde.

Fue entonces que decidí hacer algo al respecto. Armada con pico, pala, 8 bolsas de compost y una de humus empecé el trabajo. El pico rompía bloques petrificados de suelo, haciendo saltar ladrillos, piedras y uno que otro hueso de mi pobre Popea, la vetusta perra que murió en agosto del 2009.
Entonces incorporé abono, planté bulbos, mezclé, cerní y formé una horrible colina en medio del jardín, cambié una aracea por aquí y otra por allá, reubiqué la "costilla de adán" y establecí nuevos centros de crecimiento de plantas.

Ahora tenemos albahaca, orégano, piri- piri (la planta mágica del amor), toronjil, llantén y varias liliáceas cuyas flores amamos.

Antes dejé morir varios cactus y orquídeas, ahora de mis manos parece que brotaran auxinas, antes no permitía que creciera nada, ahora en mi interior crece todo.

jueves, 18 de febrero de 2010

la pesca

Sí, pescar es una forma de meditación, le contesté en silencio a E. que preguntaba retóricamente a los presentes.

Habían pasado 3 horas desde nuestra incursión a "Carachama" por el pastizal buscando los orígenes de la quebrada que serpentea por todo Puerto Herrera.
Su inicio es insignificante como el ojo de una lombriz para terminar magnífico y poderoso en el río Pozuzo como el cuerpo de una boa.

Resulta que en estas quebraditas hay una gama de peces de pequeño y mediano porte. Algunos como el BUJURQUI, chiquito y de colores hermosos, lleno de detalles, de manchas simétricas y turquesas brillantes coloreando su piel.
También hay HUASACOS, peces largos parecidos a las lisas, llenos de dientes y con algunas escamas coloreadas.

Los BUJURQUIS son pescados, a pesar de tener una carne deliciosa, para atrapar a los "peces gordos": sábalos, bagres.
Luego de que Angel sacara unos cuantos caminamos hasta el gran Carachama.
Fuimos a la playa favorita de Jonás: "de donde ha sacado sus mejores pescados" dice Angel.

La noche es oscura, sólo se pueden percibir siluetas poeianas en la distancia con la banda sonora del silencio. Es buena noche de pesca, pero hay que quedarse quieto y callado.

"La pesca es una forma de meditación", pienso nuevamente. Toca juntar unas hojitas y un par de troncos para sentarse, toca fumar mapacho como shamán sino los moscos te devoran.
El mapacho tiene magia, ahuyenta mosquitos y atrae espíritus, también atrae peces, K fumó dos y atrapó un tremendo huasaco.
Nosotros preferimos fumar tabaco rubio y los peces se comieron nuestras lombrices, el tabaco rubio no atrae nada, solo deja mal aliento.

Hay que tener cuidado porque por los troncos trepan hormigas, entonces uno debe decidir si se mueve mucho para ahuyentarlas o se queda quieto para no ahuyentar a los peces. La pesca es meditación pura.

Angel y K hubieran podido quedarse horas, los dos tienen la meditación y la quietud en los genes: Angel porque su proteína depende de eso y K porque es japonés.
Los japoneses solo cuentan entre sus recursos con peces y terremotos por eso adquieren la calma para hacer de todo, porque la pesca es respirar y aguardar.

Hay que sentir cuando el pez pica y jala, no se debe tirar demasiado del hilo pues la presa suelta rápido. Hay que cansarlo, especialmente si es un pez grande.
Hemingway tenía razón, tienes que establecer una relación entrañable con el pez grande. Si es un sábalo, tienes que dejarlo tener el control, de derecha a izquierda el sábalo te amansa, hasta que se cansa y luego, de un tirón sacarlo del agua. Si es bagre dejarlo comer. El bagre es goloso como un hombre grande y bigotón ansioso por devorar su opípara cena.

Así el pescador es un orador silencioso que deja a sus espectadores con ganas de más, como un amante precavido, como un observador que capta todas las sutilezas del movimiento, como un ser que se entiende con todos los espíritus del universo.

martes, 16 de febrero de 2010

CAO




A través del valle del río Chicama, ahora seco y lleno de basura y de las 60 000 ha que posee Casagrande se encuentra el mapa de suramérica al revés.
En Brasil se ubica la huaca "Cao Viejo", en Argentina la Huaca "Prieta", en Colombia o Ecuador, junto al mar, grandiosa, la huaca "Rajada".

Desde lejos "Cao Viejo" es una araña desértica gigantesca cuyo abdómen lo forma una membrana del mismo color del suelo.

Después viene el museo, una caja encementada y pequeña en el valle caído.

"Cao viejo" está formada por un conjunto de pirámides truncadas superpuestas. Los proto políticos, al igual que sus descendientes, miles de años después intentaron tapar las obras de la magnificencia de otros, una, dos, tres, cuatro hasta siete veces. Burócratas lapidados mostrando la desesperación de otros por regalarles olvido.

Frisos de hombres con expresión salvaje intoxicados con San Pedro, borrachos de poder al tener incrustados en los pies los fémures del enemigo.
Más frisos de hombres capturados mostrando la capacidad aterradoramente destructiva que puede tener el ser humano.

Elevé mi vista a la punta del cerro que forma la huaca. Pude imaginarme a la sacerdotisa de Cao bebiendo la sangre de estos enemigos tan iguales a ellos, manchando con su sangre los fabulosos adobes de sus pirámides. Sangre de su mismo color mochica.

Frisos magníficos con el rostro de AI APAEC utilizando creativamente las conchas de mar haciendo blanco, el amarillo de la limonita, el rojo de los hematíes y el negro del carbón.


Luego la tumba magnífica de la bruja reducida a un vacío cubierto por trozas vetustas de algarrobo pero aún lo suficientemente fuertes para cargar otro imperio.
Esa tumba que albergó a una mujer menudita con los brazos tatuados, manos largas como de bailarina y una malformación extrañísima en el lado derecho de su tórax. Un hundimiento en la parte inferior de su caja torácica como si la bruja no tuviera hígado. Derepente ese era el poder de esta mujer: no tener hígado para poder beber tantos brebajes psicotóxicos.

lunes, 15 de febrero de 2010

el pez



"because the fish knows everything"
- Emir Kusturika

Cuando amaneció el agua estaba particularmente fria. Dejaron la ventana abierta y el sereno se coló en mi casa.
En cambio tú, el de afuera, no dices nada. Sigues con tu mirada helada y gigantesca fijamente clavada en mí o en alguna parte de mi morada.
Eres diferente. Te veo asombrosamente grande, con la aleta caudal magnífica y las dorsales también, doradas.
Es extraño porque nadas siempre en el mismo sitio y desapareces de pronto en los momentos en los que mi comida cae.
Me pregunto si el agua en la que nadas es igual de amarga que la de mi casa.
Me gustaría invitarte a pasar pero no puedo decirte nada pues una superficie transparente y dura no nos permite comunicarnos, aunque no creo que quieras, eres magnífico y yo tan solo un gupi bastante común. Tú pareces nadar en el aire y transportarte adonde quieres siempre y cuando un humano te lleve. Sientes el contacto con sus manos extrañas por eso no te envidio en absoluto.
Si fueras un gupi común sentirías el agua tocándote por todas partes.
Quizá por eso tengas la mirada helada, por eso quizá me ignoras, porque me envidias magnífico pez de piedra.

jueves, 11 de febrero de 2010

huayco



El chofer apagó el motor en un derrumbe pequeño.
Sin embargo, la pista era lo suficientemente angosta para que el derrumbe chiquito tuviera proporciones catastróficas.

El chofer apagó el motor y bajó a calcular. Cuando el chofer calcula los demás se unen a hacer lo mismo.
El cálculo proporciona una herramienta de masculinidad importante para restarle omnipotencia al chofer.

El lugar provocaba desconfianza: una pista chica y una gran capacidad de aluvión.
Las piedras apenas si estaban unidas a la roca madre, como pequeños murciélagos destetándose.
Una pequeña quebrada bajaba llena de agua y lodo sostenida por pedazos de suelo frágiles, rebosando su capacidad de carga.

Nos bajamos.
Los hombres calculaban y yo observaba el derrumbe inminente.
Toneladas de roca y lodo chorreándose y cayendo vencidos por la fuerza invencible del agua. Y nosotros, pobres seres humanos insignificantes, siendo arrastrados por ella.
De pronto, el primer aluvión pequeño. Nos movimos al refugio del auto estacionado pero tan vulnerable como nosotros al fin y al cabo.
K y yo seguíamos vigilando hasta que un pedazo de laja como un shuriken ninja venía rauda a nosotros para decapitarnos.
El tiempo iba lento en ese momento.
Parece que la adrenalina te hace entrar a la velocidad de la luz sufriendo de pronto de dilatación temporal.
Y así, en cámara lenta, toca correr y todo se rebobina y es una locura de movimiento.
El desafío del cálculo se resuelve en un par de segundos.
El chofer pasa como sea y nos embarcamos huyendo de esos pocos espacios donde las dimensiones cosmológicas se confunden con la nuestra.

Bird on a Wire



El desierto se extiende haciéndote creer que no hay límites.
Aquí lo único que reina es el abandono. Pero éste te engaña. Te hace creer que no hay nada pero lo cierto es que un poco de agua lo transforma. La prueba es el valle de Chancay y su verde efervescente.

Leonard Cohen sigue llorando.
Leonard Cohen y el desierto no tienen fin.
Son melancólicamente infinitos.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Réquiem por Achón



Achón nos rompió el corazón.
Se ahogó por creerse invencible.
Montado sobre una topa quiso regresar a Puerto Herrera y fue arrastrado inevitablemente por un río furioso y lleno de remolinos.
Nadie sabe donde está, quizá ni el mismo río sepa la respuesta.
Quizá lo sepan los bagres pero estos manejan un lenguaje muy extraño.
Quizá las ramas que lo enredaron, pero estas dejan el río en el momento en que les da la gana.

En el fondo guardamos la esperanza de que Achón, siendo como es, no puede haber muerto ahogado, que el remolino lo botó en alguna playa lejana, que está muerto pero del susto y regresará a Puerto Herrera dando su grito de alerta característico, su grito de victoria.

lunes, 8 de febrero de 2010

Capítulo 18: Crónicas del Codo




Miércoles y Jueves.

Me dediqué a colectar plantas para el jardín de mi casa. Agarré el machete y entré al monte a colectar. Recogí dos helechos y hoy en la mañana mientras filmaba a Abelito con sus vacas recogimos una Heliconia y una Calliandra alias "salvavidas" o "bubinsana" además de un fruto de estrella, que es un árbol de la familia de las MELASTOMATACEAS, familia que tiene unas flores hermosas, como hechas de plastilina y de formas recontra tropicales, es decir, vistosas y jugosas.

A media tarde Abelito me consiguió una especie de cebolla para combatir el "chupo" (sic).
Además de todo esto estoy llevando un bolsón de tronco podrido que es brutal o, en palabras de Abelito, "bestial" para las plantas. Es un abono machazo.
Eso le puse para que aguanten el viaje. Ojalá peguen.
Siempre el cambio de sitio afecta un montón a las plantas. Son mas delicadas que el ser humano.
A cualquier hijo de cura de aquí lo llevas a Alaska y de hecho aguanta, con el traje apropiado lo hace.
Un pomarroso muere.
El ser humano solo se aburriría.

Ayer hablé con mi mamá. Normalmente soy algo parca por teléfono. En este viaje no lo fui, al menos las dos últimas llamadas que hice.
Hablé con ella y la sentí sorprendida de todo lo que le hablaba. El domingo la llamé para decirle que la quiero e inmediatamente me preguntó: "¿están tomando cerveza?".

jueves, 4 de febrero de 2010

Crónicas codeñas: Capítulo 17




Viernes.

Abelito es uno de mis personajes puerto herrerinos favoritos. Nativo de Oxapampa este hombre de 45 años que aparenta 20 más ha ejercido miles de labores disímiles: marino mercante, seguridad personal, recolector y cultivador de rocoto, ganadero y jornalero.
Abelito cuenta todas sus anécdotas mientras sus ojos infantiles brillan con un marrón infinito, como una pintura de Escher.
Por ejemplo cuenta que tenía una bicicleta sin frenos que utilizaba para ir a las parcelas de rocoto en la pendiente agresiva de un cerro, la subida era facil pero en bajada la bici alcanzaba grandes velocidades y, al carecer de frenos, le tocaba posicionar sus pies sobre la llanta y así, suela gastada de por medio, el vehículo se detenía.




Ahora viernes lo acompañé a sus labores diarias mientras señalaba en el camino plantas medicinales: "ésta para la fiebre", "esta para el calambre", "esta es machaza para las diarreas".
Llegamos a la plantación de sacha inchi y mientras macheteaba me contaba su vida.
Abelito es divertidísimo, además de ser un tierno. Solo le quedan unos cuantos dientes pero le sobra sonrisa.
Trabaja de lunes a viernes en Puerto Herrera y sábados y domingos sube hasta Alto Quintori a ver su chacra y cuidar su ganado. Le encanta trabajar.



Cuenta también que vivió un año en una comunidad nativa ashaninka. Dice que se aburrió porque durante una semana un vampiro le chupaba la sangre. Afirmó tajantemente que no regresaría porque no cree en la propiedad comunal.

Al regresar me abrazó un atardecer brutal, perfecto colofón para un día enriquecedor.