jueves, 29 de enero de 2009

Juana Peña

Soy de esas que viven enamoradas del amor y, aunque suene a cliché, es cierto. Lo peor es que el amor me corresponde y se disfraza de los más encantadores bufeos, esos que se ponen el cinturón de boa, el sombrero y las botas de lagarto y me llevan al lecho del río para poseerme.
Entonces, despavorida, huyo para que una y otra vez vuelva a suceder este ritmo lacerante y agotador de romance pero que también es emocionante, adrenalínico, una inyección de vida pura.
Lamentablemente me gusta huir del lecho del río. Me gusta la sensación del agua dulce tocando mis muslos, mis pulmones a punto de reventar, los ojos semiabiertos viendo, entre toda la turbidez del agua, las primeras luces del alba, porque el amor abandona a esa hora el cuerpo del bufeo que transformó en varón.
Yo, Juana Peña, he sido acusada de tener un corazón del mismo material con el que hacen los bastones de los viejos avaros que pululan en mi pueblo, de una semilla llamada "tagua", esa a la que llaman "marfil vegetal", a veces no se si me acusan o solo mi cabeza, habitada por miles de seres paridos por mis romances con bufeos humanoides, es la que me acusa. Pero eso es suficiente para sentirme un tanto miserable.
Entonces, cuando regreso a tierra firme, muchisimo antes que caiga la noche y empiece mi frenético acto, miro a mis antecesores, individuos sin identidad marcados por el sino de la miseria, solo por entregarse demasiado o por no hacerlo en absoluto. Porque no solo el amor se disfraza de bufeo, también el fatalismo, el miedo y la desgracia.

jueves, 8 de enero de 2009

TITICACA




Muchas hipotesis, exploradores valientes formulandolas, ojos quemados por las descripciones de un Platon conmovido con historias de civilizaciones destruidas y mas perfectas que su Grecia querida han llevado a explorar nuestras tierras en búsqueda de esa hermosa Atlántida que, según me lo dicen mis corazonadas precisas, está más cerca de lo que pensaban.

2009


Ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que publique algo en este blog. Despues de 40 dias y 40 noches viviendo en una alfombra voladora (algo que algun dia les contare), de conocer a un salvavidas y las cataratas de Iguazu les dire que este fin y comienzo de año fueron terribles para mi salud mental.

Es que el alcohol, supresor del neutrotransmisor serotonina, crea una "realidad paralela" donde, incluso estando en el hoyo cochino de un bar de Constructores, te sientes en E! WILD ON, haciendote sentir al dia siguiente peor que una zapatilla de cojo loco. Asi que uno se despierta con nauseas, con delirios de suicida, mal humor y mal olor, es decir, con una resaca de mierda.

Entonces, imaginense mi primero, dos y cuatro de enero. Si comenzar el año de cierta forma es cabalistico entonces estoy jodida. Como me gustaria tener la fuerza de voluntad que me acompaña de lunes a miercoles y renunciar a mi lado oscuro y abrazar al 2009 con salud no con "¡salud!"