miércoles, 20 de enero de 2010
Crónicas del Codo: Capítulo 16
Miércoles.
Preparé más de 80 panqueques según la receta de mi amiga francesa Celine. Ella dice que en Francia los preparan delgaditos.
La gente comentaba mientras comía: "Así deberían preparar las cachangas" ó "Señorita, ¿tiene más cachangas para mi?". Caramba, ¡son panqueques!.
Los rellenamos con la mermelada de cocona que me enseñó a preparar Helena de Troya. Quedaron riquísimos.
Luego, durante nuestra chamba, a la hora del "bolo", Abelito, del cual ya hablaré en su momento, me cuenta que Don G, un amigo suyo lector de coca, tuvo un episodio curioso: un chico quería aprender a adivinar la coca. Don G estaba reticente a enseñarle, el chico insistía e insistía hasta que el viejo aceptó.
Entonces se sentaron y Don G le dice: "quítate el polo". El chico dice turbado: "¡¿por qué?!", él le vuelve a decir que se lo quite. Y lo hace.
Luego le dice: "quítate el short". Entonces el chico exclama espantado: "oi, ¡tú lo que quieres es chaparme!".
A lo que Don G calmadamente responde: "¿ves?, ya estás aprendiendo a adivinar".
lunes, 18 de enero de 2010
Crónicas codeñas: Capítulo 15
Lunes.
Establecimos cinco parcelas de bambú de diferentes tamaños y pruebas distintas.
Yo, doña Bárbara, de botas de jebe y sombrero rojo, dirigí las operaciones. Todo se hizo con precisión y a una velocidad en la medida en que se debía trasladar las plantas del vivero al lugar.
La distancia era de dos kilómetros y cada bolsa pesaba 3 kilos por lo menos. Los muchachos, algunos más pequeños que las cajas que tenían que trasladar, con un estoicismo admirable, traían las plantas de 10 en 10. En total trasladaron algo de 300 plantas.
El vivero nunca debe ubicarse lejos del sitio a plantar, el problema fue que mi plantación va a ser bombardeada con químicos y esta chacra es orgánica dizque.
Eso de orgánico en chacras grandes en la selva es complicado e idealista.
Los costos de mano de obra son muy elevados, la frecuencia de desmalezado es bastante alta por lo que hacerlo manual es carísimo y si a eso le sumamos las innumerables plagas de insectos y hongos que podrían atacar la plantación el asunto se torna cada vez más espantoso.
Fig 2.- El buen Jesús instalando una planta de Dendrocalamus asper
Volviendo a la plantación, teníamos brigadas para todo: ahoyado, remoción de tierra, fertilizado, siembra. Uno tras otro como movidos químicamente sabían qué hacer, qué función desempeñaba cada uno. Ojalá todas las sociedades fueran así.
El buen Achón o Jesús se convirtió en el segundo al mando. Jesús es la mano derecha de Papico. Es un chico de 25 años nacido en Oxapampa. Disciplinado, honrado y ordenado, su pulcritud me hace sonrojar, queriendo tenerla yo también. También posee un sentido del humor muy curioso haciendo desternillarte de la risa una vez que puedes entender lo que dice.
Fig 3. Jesús (el de polo gris) y Nemesio en plena labor de fertilizado
Así que nos dispusimos a hacer la mezcla de fertilizantes: úrea, roca fosfórica, cloruro de potasio y bórax intentando, entre mosquitos, sudor y balanzas chinas, medir la proporción exacta, la mezcla adecuada para que las buenas plantas crezcan en un medio tan agreste como este. Aunque con el bambú nunca se sabe, sus raíces progresan en un acto desesperado por mantenerse con vida hasta en las condiciones más difíciles. Sí, podría ser que el bambú sea el "material de pobres", pero no creo que lo sea por su utilización. El bambú es el "material de pobres" porque se parece a ellos.
domingo, 17 de enero de 2010
Crónicas del Codo: Capítulo 14
Domingo.
Paseo en bote. Fuimos al punto de encuentro dominguero de la zona: "El Encanto" ó "Puerto Encanto". Ya saben, fútbol, cerveza y comida.
"Puerto Encanto" es un caserío que consta de menos de 30 familias aproximadamente cuya forma de vida se desarrolla gracias a los domingos.
Trabajadores de chacras y algunos propietarios, todos los involucrados a un radio de 30 km, incluyendo los técnicos de REFOLASA, una empresa encargada de hacer reforestación, se jaranean. Como Serrat en su "Fiesta": "Hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importarles la facha. Juntos los encuentra el sol a la sombra de un farol empapados en alcohol magreando a una muchacha".
"Toto" estaba entre los comensales. Él es de La Merced. Hace como diez años se quedó acá después que terminó el proyecto Pichis-Palcazú donde adjudicaron terrenos por aquí y Toto se quedó con 200 ha. Así se puso a cultivar "achiote" y a conservar el bosque. Dice que aún no puede comenzar su proyecto turístico porque el terreno no está "saneado".
Toto, con los ojos enrojecidos por la coca y el alcohol, cortés y educado nos mostró su "TITANIC", una cámara de llanta que es su medio de transporte. Cuando debe ir a "Puerto Yantzen" que queda río arriba, regresa a su casa flotando alegremente en el dispositivo flotante a la cual direcciona hasta orillarse una vez que llega a su destino final.
Le pregunté al buen Toto por qué le puso a la cámara de nombre el de un barco que naufragó. Él me respondió que porque le gustó la película.
TOTO
Aquí la gente hace eso: flotan río abajo. Para esto utilizan la "topa" la cual es una madera lo suficientemente liviana para no hundirse.
El río Pozuzo es torrentoso, su curso caótico forma remolinos furiosos, a veces, con un poco de atención, se pueden escuchar las amenazas que vienen de las profundidades de esta bestia dìscola alimentada por aguas que vienen de todas partes haciéndolo crecer desmesuradamente, llenándolo de poder, un poder que es capaz de comerse el mundo.
Sin embargo los de aquí no se inmutan y son capaces de sortearlo impertérritos, como ninfas y tritones expulsados de las aguas por soñar con la tierra.
jueves, 14 de enero de 2010
Parte 13
Sábado.
Estoy en el Codo.
Venir es un privilegio teniendo en cuenta que es el paseo más caro por aquí. Aproximadamente uno gasta 9 galones para el viaje ida y vuelta y cada galón está más de diez soles.
El primer contacto con la "civilización" es movilizarse en una moto china por una trocha pedregosa y ver el llano pelado, lleno de vacas, gringos chunchos perdidos en sus bibidís rotos, casas solitarias y pijuayos largos y delgados que se inclinan sin poder protegerse de algún eventual ventarrón.
Luego se llega a un pueblo sacado de un spaguetti western que hubiera fascinado a la imaginación de Sergio Leone. Calles polvorientas a veces interrumpidas por una mancha mojada hecha a propósito para mantener el polvo en su lugar, gente resguardada por el calor de medio día o paseando en moto obligando al viento a correr.
El codo
Ahora estoy intentando conectarme a internet y se fue la luz.
La luz se comporta como la moneda en occidente, oscila y viene por sectores. Es un pueblo importante con comportamiento de ghetto y todo por una administración pública deficiente con un alcalde que manda a hacer bungalows para sus invitados con una consiguiente malversacíón de fondos impresionante. Por eso cuando entró un avión entregándole plata al municipio se barajaron cifras de todos los calibres, desde 40 000 soles hasta tres millones mitificando el evento, convirtiéndolo en casi una leyenda. "Aquí nunca vimos dinero, aquí seguimos igual".
El avión leyenda llevando los sacos millonarios
Ayer Papico me dijo que ya estaba en edad de casarme. Le respondí que recién estaba saliendo con alguien y que era muy pronto para saberlo.
Papico me dijo que así le pasó a una amiga suya que se quedó solterona.
Es que los ciclos de vida en estos lugares son rapidos. No hay oportunidad para más.
La niñez termina a los 7 u 8 años, a los 14 ya eres padre y a los 40 pareces de 70. La esperanza de vida difícilmente pasa de esa edad.
La alimentación, el trabajo duro y, en el caso de las mujeres, los numerosos embarazos producen una vejez fisica prematura y decadente: sin dientes, el rostro como una cordillera vetusta y la columna tan encorvada como un río selvático.
lunes, 11 de enero de 2010
Crónicas del codo: Parte 12
Miércoles.
Después del almuerzo me senté con las mujeres a clasificar "sacha inchi". El almacén es un depósito de madera con techo de dos aguas donde se guardan los sacos con la las cápsulas y las semillas contenidas.
El proceso es más o menos como se describe: se descapsula la "estrella" y ahí se obtienen unas pepitas marrones ovoides de donde se extrae el aceite. El descapsulamiento es arduo necesitando mucha fuerza física para poder manejar la palanca que inicia el proceso. Luego lo obtenido se clasifica y se pesa para, por último, enviarlo a la planta de extracción del aceite ubicada en Lima.
Fuente: Yoni
Fig. Las mujeres en plena labor de selección
En este almacén solo trabajan las mujeres pues tienen la paciencia y el cuidado necesario para hacer esta chamba.
Aquí siempre se puede encontrar a Jeannette. Ella es la esposa de Rogelio ó "Papico", el administrador del Fundo.
Originaria de Oxapampa, Jeannette tiene años de experiencia trabajando en viveros y chacras con una voluntad y amor al trabajo admirable.
Ahora vive aquí, alejadísima de su Oxapampa y de su hijo Sandro por amor a Rogelio.
Jeannette fue una de las primeras colonas de "Puerto Herrera". Ella cuenta que cuando llegaron no había nada. Aguantó unos meses regresando a Oxapampa porque extrañaba muchísimo a su hijo el cual ya es un joven adulto.
Después el amor le pudo más y dejó todo para regresar aquí. De eso ya han pasado 3 años.
Poseedora de un caracter de hierro, Jeannette es la figura materna para todos estos muchachos que vienen de familias fracturadas o inexistentes. Lo que la señora dice es Ley.
A mi me agarró harto camote y se convirtió rápidamente en una gran protectora. Esta fuerza que posee viene de la gran fe que tiene en la vida y una capacidad de amor incondicional indestructible. Esto la hace invencible.
Fuente: Nataliuska
Fig. La buena de Jeannette y yo
También se encuentran la señora Lidia y la buena Aracely, la Helena de Troya codeña.
Nos pasamos la tarde escogiendo semillas y conversando de esas cosas que solo se comentan entre mujeres: menstruación, hijos, familia y amor. Cosas universalmente conversables. Asuntos que, si estuviéramos viendo una película armenia sin traducción sobre estos temas, los podrías comprender.
Crónicas del codo: Parte 11
Fuente: Internet
Martes.
Hoy colecté coca con Jeannette. Nuestra bolsa de yute estaba casi vacía y la sola idea de tener que trabajar sin bolo nos encrispaba los pelos a todos.
A las 12 del día caminamos por el campo buscando la planta milenaria.
Resulta que nos atrasaron y las mejores plantas fueron arrasadas por los más proactivos.
Las plantas se encuentran localizadas en medio de la purma del lote de sacha inchi abandonado, escondidas entre piñas y cortaderas. Sólo un ojo bien aguzado puede diferenciar sus formas delicadas y hojas discretas, formas como hechas para pasar desapercibidas, como si se hubiera adaptado a vivir en la ilegalidad.
Fuente: Internet
Llegamos a poco más de un kilo. Suficiente para satisfacer nuestra semana.
Luego la secamos pero se puso negra. Erramos el procedimiento.
Primero se deja "serenar" (es decir, exponerlo al exterior en el atardecer o amanecer) y al día siguiente se extiende al sol del día.
También existe otra técnica donde, guardada en un costal, se pisa y, como en la técnica anterior, a la mañana siguiente se seca al sol. Creo que la acción de pisarla libera un poco de cocaína.
Aquí no entran los zares anti-drogas, la policía ni la DEA. Aquí nada importa eso, este es territorio sin dueño, sin reyes ni leyes. Aquí la coca es la única reina que solo representa una herramienta de trabajo insustituíble sino una fuente importante, sino la única, de calcio en un lugar donde la oferta nutritiva es limitadísima.
viernes, 8 de enero de 2010
Codo: parte 10
Lunes otra vez.
Me quemé el costado izquierdo de la boca con la cal del bolo de coca.
Se formó una llaga abierta porque, la cantidad y la forma de agregar la cal a la mezcla era una barbarie: una ramita larga era untada casi en su totalidad con el polvo alcalino y luego introducido al lado izquierdo de mi boca produciendo unas peladuras que me hacían babear todo el día.
La gente se ha cagado de risa. Aquí les da risa todo, pero especialmente de la inexperiencia.
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