lunes, 18 de enero de 2010

Crónicas codeñas: Capítulo 15




Lunes.

Establecimos cinco parcelas de bambú de diferentes tamaños y pruebas distintas.
Yo, doña Bárbara, de botas de jebe y sombrero rojo, dirigí las operaciones. Todo se hizo con precisión y a una velocidad en la medida en que se debía trasladar las plantas del vivero al lugar.
La distancia era de dos kilómetros y cada bolsa pesaba 3 kilos por lo menos. Los muchachos, algunos más pequeños que las cajas que tenían que trasladar, con un estoicismo admirable, traían las plantas de 10 en 10. En total trasladaron algo de 300 plantas.

El vivero nunca debe ubicarse lejos del sitio a plantar, el problema fue que mi plantación va a ser bombardeada con químicos y esta chacra es orgánica dizque.
Eso de orgánico en chacras grandes en la selva es complicado e idealista.
Los costos de mano de obra son muy elevados, la frecuencia de desmalezado es bastante alta por lo que hacerlo manual es carísimo y si a eso le sumamos las innumerables plagas de insectos y hongos que podrían atacar la plantación el asunto se torna cada vez más espantoso.


Fig 2.- El buen Jesús instalando una planta de Dendrocalamus asper

Volviendo a la plantación, teníamos brigadas para todo: ahoyado, remoción de tierra, fertilizado, siembra. Uno tras otro como movidos químicamente sabían qué hacer, qué función desempeñaba cada uno. Ojalá todas las sociedades fueran así.
El buen Achón o Jesús se convirtió en el segundo al mando. Jesús es la mano derecha de Papico. Es un chico de 25 años nacido en Oxapampa. Disciplinado, honrado y ordenado, su pulcritud me hace sonrojar, queriendo tenerla yo también. También posee un sentido del humor muy curioso haciendo desternillarte de la risa una vez que puedes entender lo que dice.


Fig 3. Jesús (el de polo gris) y Nemesio en plena labor de fertilizado

Así que nos dispusimos a hacer la mezcla de fertilizantes: úrea, roca fosfórica, cloruro de potasio y bórax intentando, entre mosquitos, sudor y balanzas chinas, medir la proporción exacta, la mezcla adecuada para que las buenas plantas crezcan en un medio tan agreste como este. Aunque con el bambú nunca se sabe, sus raíces progresan en un acto desesperado por mantenerse con vida hasta en las condiciones más difíciles. Sí, podría ser que el bambú sea el "material de pobres", pero no creo que lo sea por su utilización. El bambú es el "material de pobres" porque se parece a ellos.

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