No me importa que seas tan malo cantando, que tengas sonsonetes pegajosos ni que Jesús es verbo y no sustantivo.
No me importa que tus letras sean facilistas, que a veces tengas algún acierto y que estupideces a la gente.
No me importa que le pegues a tu hembra ni que ganes tu plata más fácil de lo que jamás podré ganármela yo.
En fin Ricardo, no me importa que seas un pelagatos.
Lo que si me importa es la sarta de seudo intelectuales que pululan en mi ciudad. No me refiero a los que tienen argumentos contundentes. Me refiero a la horda de “yoamoalchecomproendedaloyodioafujimori” que hay en mi ciudad.
Lo odian porque sus semejantes lo odian, lo repudian cuando nunca han escuchado una canción entera suya.
El punto es: ¿de donde nació ese odio visceral hacia este hombre que no lo hace peor que Carlos Ponce, Ricky Martin o Jon Secada?. ¿Por qué Arjona?, sé que el tipo es antipático y patético pero por eso no lo odio, le soy indiferente. Hasta reconozco que tiene un par de líneas simpáticas. ¿Qué es lo que sucede en el estrato pensante de mi ciudad?, ¿es que no hay nadie independiente?, ¿es que por huir de los pitucos o de los subtes o del latin pop y encontrarme con este grupo ya no tengo adonde ir?.
Quizá por eso termino siempre bebiendo en cualquier chingana apestosa cerca de mi universidad, con las mesas de plástico llenas de huecos de cigarros. Quizá por eso me refugio en las casas de mis amigos mas cercanos huyendo del odio abismal a Arjona y el amor ciego al Che, o de Gótica o de todos lados porque Lima es un conjunto de conjuntos y lamentablemente mi conjunto es unitario.
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