viernes, 25 de diciembre de 2009
Crónicas: Parte 6
Viernes.
Tengo una confianza adquirida en la vida. Hoy fue mi prueba. Después de monitorear mi plantación regresé feliz a casa teniendo que cruzar obligatoriamente "Carachama" como ya les expliqué. Aquí uno está a merced de la naturaleza, aquí solo puedes hacer de ella lo que se te antoje de forma tremendamente limitada.
Así que "Carachama" me recibió con tremendo caudal. Intenté pasar pero la corriente furiosa te lleva. El agua me llegaba hasta la cadera entonces mis piernas estaban completamente sumergidas y ante esto pierden toda su fuerza. Así que decidí confiar en la vida y esperé. Así pasaron 3 horas y el nivel bajó pero no lo suficiente para que pudiera pasar. El sol ya llegaba a su cénit y una inmensa nube de lluvia se asomaba lentamente con sus respectivos bombos anunciándola. Ahí arrugué. Si llovía "Carachama" se llenaría nuevamente de agua y la verdad es que no tenía mucho tiempo para empezar el camino de regreso a la chacra donde estaba porque está como a media hora por monte real y ahí se pone muy oscuro.
Decidí esperar y confiar. Al quinto intento por atravesar la quebrada me acomodé los cojones, saqué más pecho y emprendí el desafío al agua. Ésta seguía cubriéndome las piernas, mis pasos seguían vacilantes y sentía la fuerza del agua queriéndome doblegar, pero de pronto sentí que lo peor había pasado, regresé por mis cosas más feliz que un idiota y las pasé con los brazos alzados. Estaba tan agradecida. Pensé algo: "la impaciencia es una falta de confianza en la vida".
Algunas horas antes en la misma quebrada encontré un puerco espín muerto. Le habían arrancado de un mordisco parte del lomo. Sospecho que puede haber sido Lucas, a lo que me dicen en "Puerto Herrera" que no tendría sentido porque las espinas se le hubieran incrustado en el hocico. Pero ¿no era que los puercoespines activaban su sistema de defensa sólo cuando veían al potencial enemigo?. Quizá Lucas lo atacó desprevenido y no tuvo tiempo de hacerlo.
Me quedé observando al finado. Parecía un castor. Su carita redondeada y sus manitos perfectas me provocaron una inmensa ternura.
Carachama durante mis horas de espera
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6 comentarios:
Esperaba esta crónica ya con adicción, pensé que las fiestas postergarían tus entregas. Gracias por continuar. Aunque asumo que por tu lado la adrenalina por la entrega del texto terminado y re-revisado debe estar funcionando igual.
Este me gusta mucho. Tus frases cortas y entrecortadas de pensamientos, hacen de tu crónica no solo un relato de acontecimientos, si no un aprendizaje de la vida a partir de un pequeño suceso cotidiano.
Cruzar una quebrada convertida en río al ponerse la tarde y la necesaria espera para que pase la correntada, puede ser motivo de impaciencia, temor y angustia, y de una respuesta atrevida, irreflexiva e irrespetuosa de la naturaleza.
Sin embargo encontramos en ti a la mujer prudente, pensante y también valiente, que es capaz de encontrar en esa anécdota una enseñanza para su vida.
No estoy seguro si era necesario incluir el párrafo del perro y el puerco espín, creo que mejor redondeaba si quedaba solo el paso por el Carachama. (Creo que se dice manita).
estimado anónimo, gracias por sus comentarios y observaciones. El hecho que haya mezclado historias es porque estas crónicas son desarrolladas conforme suceden los acontecimientos. Intento ser lo más precisa posible con el suceder de las cosas.
ja ja poniendo parche ,q bacan natalia q bacan la libertad q te da la selva lo es todo como aquel amanecer ,no nos dejes colgados sin entregas ,me tienes q contar va serio lo del bambu ,saludos.
Antes que nada disculpe el tuteo anterior.
Estimada Nataliusk entiendo que sus crónicas son como diario de los acontecimientos, pero gracias a su talento y esfuerzo se han convertido en crónicas literarias, no son ya un simple diario. Por lo tanto, y desde esa perspectiva es que le sugería no incluirla porque le quitaba fuerza a su relato principal. Usted como ingeniera sabrá bien que hay sumas que restan, o que hay que podar para fortalecer el tronco y permitir que este se aprecie mejor.
Sin ánimo de pretender ser su corrector o algo así, no tengo ninguna autoridad para ello, espero que no se ofenda con mis sugerencias ya que las hago con todo respeto y admiración.
Por supuesto que las tomo en cuenta. Agradezco sus observaciones
otra cosita, en sus crónicas anteriores varios de sus lectores nos hemos permitido hacer también comentarios y desearíamos, por lo menos yo, dialogar un poco más con usted, en todos ellos soy "el Anónimo", está bien, me gusta así. Solo espero que no aparezca otro.
Me alegro que aprecie mis comentarios.
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