lunes, 22 de febrero de 2010

ALGO

cuido un jardín.
Recién lo hago hace un par de meses, sin embargo ha dado resultado.
Ahora las plantas tienen flores.
Flores anaranjadas, llenas de hormigas, flores blancas y sin importancia.

Antes, obnubilada por las clases y el alcohol, dejé que el jardín muriera de a pocos, con espacios sin pasto y suelo compactado. Hasta las "cucardas", plantas fáciles de cuidar, se pasmaron. El "cuerno de alce", sin percatarnos, fue carcomiendo un viejo tronco y el enorme ficus de la esquina se vino abajo y casi aplasta el gran "espárrago", el príncipe del ala norte del área verde.

Fue entonces que decidí hacer algo al respecto. Armada con pico, pala, 8 bolsas de compost y una de humus empecé el trabajo. El pico rompía bloques petrificados de suelo, haciendo saltar ladrillos, piedras y uno que otro hueso de mi pobre Popea, la vetusta perra que murió en agosto del 2009.
Entonces incorporé abono, planté bulbos, mezclé, cerní y formé una horrible colina en medio del jardín, cambié una aracea por aquí y otra por allá, reubiqué la "costilla de adán" y establecí nuevos centros de crecimiento de plantas.

Ahora tenemos albahaca, orégano, piri- piri (la planta mágica del amor), toronjil, llantén y varias liliáceas cuyas flores amamos.

Antes dejé morir varios cactus y orquídeas, ahora de mis manos parece que brotaran auxinas, antes no permitía que creciera nada, ahora en mi interior crece todo.

1 comentario:

mats dijo...

alguna vez escuche comentar q tenia buena mano para las plantas , pero creo q mas q buena mano es dedicacion, deje de dedicarme y se murio mi madre selva ,mi retama q dicho sea de paso sus fragancias son lo maximo ,pero el q se lleva los aplausos ,es el galan de noche su fragancia sutil encanta a todos.dedicacion mas amor por el verde igual oxigeno vital.